El arte de sostener un espacio terapéutico consciente

1000032574

Acompañar a otro en su proceso no es guiarlo, ni resolverle la vida. Es sostener. Y sostener es un arte sutil. Es crear un espacio donde la persona se sienta vista, escuchada, respetada. Donde pueda mostrarse sin miedo, sin tener que justificarse, sin tener que rendir cuentas.

En un espacio terapéutico consciente, el otro no se siente observado, sino sostenido. No se siente corregido, sino validado. No se le dice lo que tiene que hacer, se le invita a descubrirlo por sí mismo. Porque la verdadera transformación no ocurre cuando alguien te dice cómo vivir, sino cuando te dan el lugar para encontrarte.

Sostener implica presencia. Implica estar ahí con todo tu ser, no solo con tus herramientas. Implica escuchar sin prisa, mirar sin juicio, estar sin necesidad de intervenir. Y eso, muchas veces, es más potente que cualquier técnica.

Mi compromiso es con ese tipo de acompañamiento. Uno que honra los ritmos, los silencios, las resistencias. Que no empuja, pero tampoco abandona. Que está ahí, disponible, sin forzar el proceso.

Sostener es confiar. Confiar en que dentro de ti ya está todo. Solo necesitas el lugar y el tiempo para recordarlo.

Noticias relacionadas